Compra de cloro a granel no es seguro: expertos
La inflación creciente en México ha impulsado la compra de productos a granel. Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), detalla que este esquema ya se presentaba en algunos productos como los granos, entre estos el frijol, el arroz y el azúcar, pero a raíz de la pandemia se ha ido extendiendo a artículos de limpieza y de cuidado personal. “Hay una tendencia de consumo que fue aumentando, y la gente fue acomodando sus compras ante la inflación. Y el cloro no es la excepción'', asegura Rivera.
Muchas personas desconocen algunos aspectos de la producción a granel que pueden ser dañinos para su bienestar y el de su familia, como la resistencia de los envases donde colocan un cloro ilegal o el contacto de estos envases con fuentes de luz directa que hacen reaccionar de manera negativa el químico.
En este sentido, el mal manejo del cloro cuando es comercializado a granel, sin ninguna certificación de calidad ni garantía de seguridad para los consumidores, puede afectar significativamente en la salud, ya que la producción y comercio ilegal opera comprando el insumo base, el hipoclorito, directamente a los intermediarios, posteriormente es diluido en una parte por tres y hasta cuatro partes de agua. Para revertir el proceso de decoloración del líquido y dar la apariencia de mayor concentración, en algunos casos se le agrega dicromato de sodio a la solución, conocido por el sector como "la anilina del cloro".
El dicromato de sodio, además de no tener más propiedades que las de dar un color amarillento, es una sustancia tóxica que viene a contaminar la solución, y cuyo consumo presenta graves riesgos para la salud. Por ello, el producto final se convierte en un cloro contaminado que, por una parte, carece en gran medida de las propiedades sanitizadoras y desinfectantes del producto legítimo y, más aun, incorpora un elemento tóxico que potencialmente acarrea riesgos a la salud de los consumidores.
Al respecto, las estadísticas del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica de Chile (CITUC), la más prestigiosa del país sudamericano, establecen una clara relación entre aumento de casos de intoxicación y consumo de cloro ilegal.
Los peligros del cloro contaminado para el consumidor se acrecientan considerando dos factores adicionales en la comercialización: los envases y la rotulación. Los envases de bebidas se elaboran con un polímero plástico denominado PET (polietileno-ter-Ftalato), distinto del polietileno de alta densidad. El PET no tiene la misma resistencia que el polietileno, por lo que al entrar en contacto con el cloro el material comienza un proceso de agrietado y posterior rotura y pérdidas.
Además, los envases, al ser transparentes, permiten que el cloro entre en contacto con fuentes de luz directa, acelerando su proceso de degradación. Al ser utilizado en hogares con niños, estos pueden ingerir el producto confundiendo el contenido del envase.
Por otra parte, los residuos que permanecen al interior de un envase ya utilizado generan la reacción del cloro antes de que pueda ser empleado en el hogar, provocando pérdidas de concentración del hipoclorito.
Ante estas circunstancias, se hace vital la compra de productos domésticos de limpieza que estén certificados y que respeten las normas de envasado y etiquetado de los químicos. Sólo aquellos cloros que cuentan con certificación científica garantizan la seguridad y confianza a la hora de usarlos porque cumplen al 100% con la función de limpiar y desinfectar.
Al tener una sugerencia de dosificación del químico para la limpieza de los espacios, evita cualquier riesgo de intoxicación y obtener un ahorro económico al usar solo la dosis recomendada por los expertos.
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