IPSOS PRESENTA “LA DÉCADA INQUIETA”: EL MUNDO ENFRENTA UN DESCENSO DEL OPTIMISMO Y UNA TENSIÓN CRECIENTE ENTRE PROGRESO E INCERTIDUMBRE
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La nueva ola de la edición de Global Trends muestra un escenario atravesado por la fragmentación global, la ambivalencia frente a la IA, el retorno de lógicas tradicionales y el desafío de reconstruir la confianza
El estudio destaca que las marcas y organizaciones capaces de interpretar estas contradicciones —aportando confianza, autenticidad y valor local— estarán mejor preparadas para anticipar el futuro
A mitad de la década de 2020, y a cinco años del inicio de la pandemia, el mundo transita un ciclo signado por la inestabilidad y el cambio permanente. Ipsos, referente global en investigación de mercado, define este momento como “La Década Inquieta”, concepto central de la actualización de Global Trends, su informe insignia. Basado en encuestas a más de 33.000 personas en 43 países, el estudio revela un entorno donde la incertidumbre opera como un nuevo punto de equilibrio.
La edición 2025 identifica fuerzas estructurales que están redefiniendo la vida social, económica y cultural: la fragmentación del consenso global, el avance acelerado de la inteligencia artificial, la reaparición de lógicas tradicionales en el debate público y un replanteo profundo del vínculo entre las personas, las instituciones y las marcas.
“Estamos frente a una década marcada por paradojas. Las personas buscan estabilidad, pero perciben mayor desconexión; valoran la innovación, pero temen su impacto; demandan progreso, pero se aferran a certezas del pasado. Global Trends permite comprender estas tensiones y anticipar cómo evolucionarán valores, percepciones y comportamientos en los próximos años”, afirma Martín Tanzariello, Gerente de Marketing y Comunicación de Ipsos Argentina.
Sociedades fragmentadas: la tensión entre globalización y repliegue local
La primera tendencia muestra un mundo que continúa valorando la globalización (64% la considera positiva), pero que al mismo tiempo se inclina hacia opciones más locales: el 70% prefiere productos nacionales y el apoyo al proteccionismo crece en varios mercados. La desigualdad también profundiza divisiones: el 78% considera que las grandes diferencias de ingresos son perjudiciales para la sociedad, mientras las grandes fortunas crecieron tres veces más rápido que el año anterior. La inmigración se consolida como tema crítico, con un 65% que sostiene que “hay demasiados inmigrantes en mi país”, registró que aumentó cinco puntos en un año. En paralelo, el 71% cree que la economía favorece a los sectores más poderosos, alimentando la percepción de un sistema desigual y difícil de corregir.
Tecnología e IA: entre la maravilla y la preocupación
La segunda fuerza es la dualidad tecnológica. El 71% considera que la tecnología será clave para resolver los desafíos futuros y el 72% afirma que no puede imaginar su vida sin internet. Sin embargo, el 56% cree que el progreso tecnológico está destruyendo aspectos esenciales de la vida cotidiana. La preocupación por el uso de datos personales alcanza al 74%, aunque casi la mitad (47%) sostiene que existe un exceso de preocupación sobre la privacidad. La opinión pública hacia la IA se mantiene estable, con fuertes diferencias regionales: en Estados Unidos solo el 39% tiene una visión positiva, muy por debajo de Asia, donde predominan percepciones optimistas. El debate sobre empleos, automatización y nuevas capacidades marca una tensión que aún no encuentra puntos de equilibrio.
Retorno a sistemas antiguos: el avance de la nostalgia estructural
La tercera tendencia señala un aumento sostenido del deseo de volver a modelos previos: el 61% quisiera que su país “fuera como solía ser”, un nivel que crece desde la pandemia. Este movimiento coexiste con transformaciones sociales aceleradas: por ejemplo, crece siete puntos el acuerdo con la idea de que solo existen dos géneros. La tensión entre visiones progresistas y tradicionales se intensifica en contextos de incertidumbre, afectando debates sobre natalidad, inmigración, diversidad y políticas sociales. La diversidad de expectativas dificulta la construcción de consensos amplios y refuerza la idea de sociedades que avanzan en múltiples direcciones al mismo tiempo.
El poder de la confianza: una demanda central para marcas e instituciones
La cuarta tendencia revela un debilitamiento del vínculo con instituciones: el 56% cree que “el sistema está roto” y la confianza en gobiernos y líderes empresariales se mantiene baja. Sin embargo, esta desconfianza convive con expectativas crecientes hacia las marcas: el 67% prefiere comprar productos alineados con sus valores, el 77% confía más en productos nuevos cuando provienen de marcas que ya conoce, y el 81% espera que las compañías apoyen causas relevantes sin dejar de ser rentables. El 75% percibe que la experiencia de cliente se volvió demasiado automatizada, lo que subraya la necesidad de servicios más empáticos y humanos en un entorno cada vez más dominado por la IA.


























