Redacción Apyt
Influenza y COVID-19, agravan en pacientes con Diabetes Mellitus
En México, más del 70% de muertes por COVID-19, se han relacionado con enfermedades de proceso inflamatorio como la obesidad y la diabetes
En el marco del Dia Mundial de la Diabetes, que se celebra este 14 de Noviembre, es necesario hacer hincapié en el desafío que va en aumento, para la sociedad y los sistemas de salud, debido al costo económico y la pérdida de calidad de vida para quienes padecen diabetes y sus familias, así como por los importantes recursos que requieren en el sistema público de salud para su atención.
En México, las estimaciones existentes son muy variables con cálculos de costos de atención por paciente que van desde 700 hasta 3 200 dólares anuales, lo que se traduce en 5 a 14% del gasto en salud destinado a la atención de esta enfermedad y sus complicaciones, inversión que de acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes se relaciona directamente con la tasa de mortalidad por esta causa.
El Dr. Ernesto Cárdenas, Miembro del Movimiento Nacional Ciencia en Obesidad y Maestro en gestión directiva en Salud, explica por qué se considera que la obesidad es la madre de todas las enfermedades: “El hecho de que tengamos un exceso de grasa va a generar una mayor circulación de las células de grasa, llamadas adipocitos. La cronicidad va a hacer que este exceso de grasa al mismo tiempo se vaya depositando en el hígado, en las arterias, y comience una degeneración de endurecimiento a nivel de los vasos sanguíneos, y con el consecuente volumen que el cuerpo puede soportar, ortopédicamente vamos a tener un exceso de peso y de presión; entonces, el sistema mecánico también va a empezar a alterarse. Estas células que deberían estar destinadas para protegernos del frío y como reserva de energía en caso de ayuno o de inanición, van a estar ocupadas tratando de inflamar otros sitios. Por eso, la gente con sobrepeso tiene anticuerpos y defensas mucho menos efectivas que la gente que está sana y tiene un peso adecuado”.
En México, crece la tendencia de los jóvenes de 20 años con índices de masa corporal tan altos que su edad metabólica parece de alguien de 80 años. “Vemos cada vez más a pacientes jóvenes con estados inflamatorios por la obesidad, y empezamos a ver que en la cronicidad la insulina no tiene el efecto deseado, los triglicéridos y el colesterol aumentan; entonces realmente no le llamaría ‘resistencia a la insulina’, sino obesidad”, agrega el Dr. Cárdenas.
En el caso de la diabetes tipo 2, esta ‘resistencia a la insulina’ significa que la obesidad es la responsable de que el páncreas no funcione adecuadamente. La grasa visceral es la que mayor daño causa para tener enfermedades metabólicas.
Si se vive con diabetes y se suman entidades como COVID-19 o influenza, la mortalidad puede ser mayor, la sintomatología se puede presentar mucho más agresiva, los órganos se pueden deteriorar más rápido y afecta más al individuo inmunológicamente. En este sentido, el Dr. Cárdenas concluye: “El riesgo que tiene en sí la diabetes en las enfermedades crónicas juega un papel mucho más importante para las defensas del paciente ante estos dos virus. No perdamos de vista que la diabetes es una enfermedad crónico-degenerativa y debe ser tratada como tal”.
Los estilos de vida poco saludables son altamente prevalentes entre niños, adolescentes y adultos mexicanos, propiciando un aumento importante de la obesidad y sobrepeso, principal factor de riesgo modificable de la diabetes. Por otro lado, de acuerdo con las encuestas nacionales de esos mismos años, se ha demostrado la alta prevalencia de comorbilidades en la población diabética y problemas en la calidad de la atención, lo cual contribuye de manera importante a la mayor incidencia de complicaciones macro y microvasculares.
Es por eso que desde el Movimiento Nacional Ciencia En Obesidad implementamos estrategias prevención que logren modificar estilos de vida -en particular en la dieta y la actividad física, pueden ser altamente costo efectivas al reducir la aparición de la diabetes y retrasar la progresión de la misma. Y hacemos un llamado a los médicos de primer contacto a que pesen, midan y comuniquen al paciente en caso de estar en riesgo. Hagamos Conciencia!
Con información de Laura Romero.
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