En Tokio 2020. Estas son las promesas paralímpicas latinoamericanas
A pesar de la situación mundial con la tercera ola de Covid-19 y las dificultados que se han presentado para muchos atletas en los últimos meses para poder participar en competiciones internacionales y lograr alcanzar la clasificación a Tokio; este año se batirá un récord de participación.
Aunque el Comité Paralímpico Internacional no anunciará la participación final hasta la primera semana de agosto, ya que las clasificaciones continúan hasta el 2 de ese mes, todo parece indicar que este año se superarán los 159 Comités Paralímpicos Nacionales (CPNs) que tuvieron presencia en los pasados Juegos de Río 2016 o los 164 CPNs de Londres 2012. Se habla de más de 180 delegaciones, de las cuales más del 10 por ciento son países latinoamericanos.
Al menos 4 mil 400 atletas con distintos tipos de discapacidad física, intelectual, visual o parálisis cerebral serán parte del espíritu olímpico, tratarán de superar sus marcas personales y por supuesto, lograr subirse al podio. De las más de 20 disciplinas deportivas, este año, los Juegos Paralímpicos contarán con dos nuevos deportes adaptados: Bádminton y Taekwondo.
“El deporte paralímpico ha progresado mucho en los últimos años y se ha profesionalizado. Ahora los atletas tienen preparadores físicos, entrenadores, nutricionistas y por supuesto terapeutas y Comité Paralímpico Internacional para apoyarlos con los entrenamientos. Además, todos ellos practican muchas horas diarios durante toda la semana y, por lo tanto, dedican su vida al deporte”, explica Marcelo Cuscuna, Presidente para LATAM de Ottobock, empresa alemana líder en la fabricación de prótesis, órtesis y sillas de ruedas que apoya al deporte paralímpico desde Seúl 1988.
Para Cuscuna, aunque sí ha habido avances tecnológicos, el mayor avance reside en la profesionalización de los deportistas y su espíritu de superación. “El deporte se convierte en la primera herramienta que tenemos para derribar paradigmas, vencer obstáculos y puede convencer a una persona de que hay vida después de una amputación y llenarlo de energía y motivación”, añade.
Sherman Güity
Uno de los atletas que mayor expectación genera este año, es el velocista costarricense Sherman Güity, quien decidió dedicarse al deporte de manera profesional cuando todavía estaba en el hospital tras haber sido amputado de la pierna izquierda después de un accidente vial.
Entre los premios obtenidos hasta el momento, Sherman logró tres oros y una plata en eventos Grand Prix y en 2019 consiguió el primer lugar del ranking mundial con la marca de 10.99 en los 100 metros planos, en la categoría T-64 en Nottwil, Suiza. Además, Güity ostenta el segundo lugar a nivel mundial en los 200 metros planos en la categoría T-64.
Sherman formará parte de la delegación de su país natal, Costa Rica, junto a ocho atletas más que intentarán alcanzar medallas en paraatletismo, paraciclismo, parataekwondo, paratenis de mesa, paranatación, tiro con arco y paratenis.
Yaumara Casero Sánchez
Con tan sólo 12 años, una camioneta chocó con la bicicleta en la que circulaba Yaumara en Santiago de Cuba. Como consecuencia del trágico accidente, la paratleta fue amputada de su pierna derecha. Yaumara o también conocida como “Mimí” siempre había practicado deporte, principalmente el ciclismo, pero no fue hasta que conoció a la tricampeona paralímpica cubana Yunidis Castillo que se decidió por practicar el deporte adaptado y se inició en la natación.
A través de Cuba-RDA, entidad líder del Centro Nacional de Ortopedia Técnica en Cuba y Ottobock, Yaumara pudo acceder a una prótesis. En 2018 Mimí fue nombrada entre los 10 Paratletas más destacados del año en Cuba, así como Mejor Paraatleta Femenina Juvenil del Año. Mimí busca alzarse con la medalla de oro en Tokio.
Lucas Díaz Aspiroz
El paratleta argentino Lucas Díaz Aspiroz practica Para-Canotaje y sueña con poder entrar en la final A de los juegos de Tokio 2020. El atleta de la localidad argentina de Olavarría, que entrena en el Arroyo Tapalqué, logró un diploma en Río 2016 y este año busca llegar más lejos en Japón.
Lucas, que fue el primer atleta paralímpico argentino en lograr una clasificación a Tokio, es un apasionado de esta disciplina adaptada desde hace 8 años y durante dos años consecutivos ha obtenido el premio de Excelencia Deportiva Argentina y ostenta el noveno lugar en el ranking mundial en esta disciplina.
El argentino, embajador de Ottobock en su país, siempre practicó deporte desde pequeño. A los 19 años tuvo un accidente en moto que le ocasionó una lesión medular tras la cual no pudo volver a caminar. Aunque fue un golpe duro para él y su familia, Lucas tuvo la suerte de conocer a Agustín Vernice, también olavarriense y deportista de canotaje quien tiene 25 años y que por primera vez participará en unos Juegos Olímpicos, en el país nipón.
Agustín le propuso unirse al canotaje adaptado y Lucas aceptó el desafío. La disciplina se practica en Kayak o en una va’a, se divide en tres categorías, KL1, para los atletas que se impulsan sólo con sus brazos; KL2 para los que se impulsan con brazos y tronco y KL3 en la que participan los atletas con una función completa de sus brazos y tronco y de manera parcial con sus piernas. En este caso, Lucas busca superar su marca personal en la categoría KL1 en la cual competirá en Tokio.
Amanda Cerna
Nacida en Chile, es otra de las promesas del para-atletismo. Inició su carrera deportiva a los cinco años y su pasión por este deporte le ha permitido obtener varios logros importantes, como por ejemplo su destacada participación en los Paralímpicos de Rio 2016 y en los Para panamericanos de Lima 2019 en los cuales consiguió una medalla de plata en los 400 metros.
Amanda participará en Tokio tras clasificar con una marca de 59’25 en los 400 metros y 26’26 en los 200 metros planos, utiliza una prótesis de fibra de carbono de Ottobock que tiene una forma aerodinámica para el viento y se encaja a su brazo gracias a un pin. Esta prótesis es diferente a la que utiliza en su día a día, ya que le permite equilibrar su braceo durante la carrera, darle apoyo para su salida de tacos y es muy liviana para no ser una carga mientras corre.
La paratleta, que nació con una malformación congénita en el brazo izquierdo, cuenta que busca ser finalista en las dos pruebas y superar su mejor marca en ambas disciplinas. Para ello, Amanda ha llevado una rigurosa disciplina a pesar de la pandemia.
“Mi preparación rumbo a Tokio la he podido sobrellevar. Desde octubre del 2020 estoy pudiendo entrenar en pista ya que antes solo había podido desde mi casa. Estos últimos meses me han permitido avanzar, con entrenamientos realizados de manera progresiva para prevenir lesiones. No he tenido ninguna molestia y ya estamos con los entrenamientos duros y pudiendo competir desde enero 2021”, explica la atleta, que competirá por segunda vez en una terna paralímpica, después de haber participado en Río 2016.
Cuenta que, durante los primeros meses de confinamiento, practicó en casa con la trotadora y sólo pudo hacer ejercicios de larga distancia y no de velocidad, aunque esto le permitió mantenerse en forma y mejorar otros puntos débiles como el fortalecimiento del cuerpo; de forma que su regreso a las pistas fue más simple de lo esperado.
Claudia Romero
Será uno de 140 para-atletas mexicanos que ya tienen un lugar confirmado en Tokio. Con tan solo 18 años, Claudia es un talento a seguir de cerca. La poblana, que practica el taekwondo desde los 3 años y participará por primera vez en unos Juegos Paralímpicos este año, irrumpió en la escena en 2016 al ganar el oro en el Campeonato Panamericano y siguió con una medalla de plata en el Campeonato Mundial de 2017 de Para-Taekwondo.
En julio de 2018, la taekwondoín consiguió la medalla de oro en la categoría 49 kg, k44 en el Campeonato Panamericano que se llevó a cabo en Spokane, Washington e hizo historia al ser la primera exponente de su disciplina en ser nombrada mejor atleta de América por el Comité Paralímpico de las Américas.
Comments