La retinopatía diabética no presenta síntomas
Debido a que la retinopatía diabética no presenta señal alguna de advertencia temprana, expertos en salud visual reiteran la importancia de revisiones oftalmológicas periódicas y oportunas para preservar la salud visual, con motivo del Día Mundial de la Diabetes, conmemorado el 14 de noviembre.
Según datos arrojados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 (ENSANUT MC 2016) en México, sobre la diabetes en relación con la salud visual, se encontró que las complicaciones que los diabéticos reportaron en mayor proporción fueron: Visión disminuida (54.5%), Daño en la retina (11.2%) y Pérdida de la vista (9.95%). Sobre las medidas preventivas implementadas, la revisión oftalmológica fue sólo de 13.1%.1
Ante este panorama, el Dr. Héctor Cuevas Silva, Cirujano Oftalmólogo de la clínica Omnilaser indica: “La retinopatía diabética es el padecimiento mayormente relacionado con la diabetes. Provoca visión borrosa e incluso ceguera debido a microhemorragias y microinfartos en la retina debido a la glucosa elevada en sangre. Un pronóstico positivo dependerá de la atención que se reciba en etapas iniciales, ya que si no es tratada tiende a empeorar con el paso del tiempo”.
Las revisiones oftalmológicas periódicas, recomendadas mínimo una o dos veces al año, cobran mayor importancia cuando se asocian con otros padecimientos crónicos y degenerativos como es la diabetes, la cual ha llegado a convertirse en epidemia no sólo en México, sino en el mundo.
“La detección oportuna de una retinopatía diabética puede ser algo muy complicado ya que no presenta síntomas, además de contar con la desventaja de que suele afectar ambos ojos. Por ello la insistencia de acudir a consulta, ya que sería una buena medida preventiva para detectarla a tiempo. Además, se mantendría la calidad de la salud visual en general, pues también se detectan defectos refractivos como miopía, astigmatismo e hipermetropía, padecimientos como catarata, glaucoma, entre otros”.
Para su tratamiento, lo primero y más importante es clasificar por medio de una consulta oftalmológica si la retinopatía es considerada severa, o de moderada a severa, para determinar cómo proceder. Los tratamientos que han demostrado ser más exitosos son:
Una cirugía con laser argón, conocido como fotocoagulación retiniana, la cual quema la retina para reducir el progreso de la retinopatía y con ello la proliferación de los vasos sanguíneos anormales. Se pueden requerir de 2 a 3 sesiones, dependiendo de la evolución del padecimiento.
Otra terapia dependiendo de dónde esté la lesión y qué tan avanzada esté, se puede poner una vacuna de anticuerpos antiangiogénicos, para ayudar a bloquear el crecimiento de vasos sanguíneos anormales en el interior del ojo.
Ambas alternativas requieren valoración médica previa.
En México aún hay mucho camino por recorrer en cuestión de cultura de prevención de la salud en general, sin mencionar que la salud visual debería recibir la importancia que merece.
Es primordial llevar un control médico adecuado de la diabetes, para evitar así una de sus graves complicaciones como es la retinopatía diabética. Aunque no se cura, con tratamiento oportuno se tienen tasas altas de éxito para reducir la pérdida de la visión. De acuerdo con el National Eye Institution (NEI), las personas con retinopatía proliferativa tienen una probabilidad de menos del cinco por ciento de quedar ciegos dentro de los cinco años después de la operación si han obtenido tratamiento apropiado.