Daños irreversibles en un trono de Moctezuma
Condenan omisión de las autoridades
El abandono de vestigios prehispánicos por parte de las autoridades ha propiciado una tragedia más en materia arqueológica, un trono utilizado por Motēcuhzōma (Moctezuma), famoso Emperador del Imperio Mexica (México-Tenochtitlan), fue vandalizado recientemente con grafiti, provocándole daños irreversibles.
La pieza afectada se encuentra ubicada en Texcoco, Estado de México, en los caminos al Monte Tláloc, un ostentoso adoratorio prehispánico construido por los pobladores indígenas en la novena cima más alta de nuestro país, obra cuyo objetivo era adorar al Dios de la lluvia y los mantenimientos, Tláloc.
Resulta insultante que si las autoridades tienen registros de este tipo de piezas que conforman parte valiosa de nuestro patrimonio cultural, no las protejan. La agresión de los delincuentes se dio con facilidad, toda vez que no se encuentra cercada, ni iluminada, mucho menos monitoreada y tampoco bajo el resguardo visual de personal que la custodie. Absurdo en esta época donde la tecnología permitiría alertar la presencia de individuos con la simple instalación de una cámara, o donde una barda habría complicado considerablemente la trágica ilicitud.
El sitio, pese a su importante aspecto histórico, riqueza cultural y gran valor sagrado para nuestros antepasados, cuenta con muy poco apoyo gubernamental, lo que ha permitido intervenciones esporádicas por parte de especialistas en la materia, así como restauraciones superficiales, y claramente, la facilidad de saqueos, daños y destrucción.
Para el joven abogado, de Sustentabilidad y Ciudadanía, A.C. Javier Belmont Clemente, “estamos primero frente a un problema estructural, en el que la federación, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) destina escasos recursos para cumplir sus obligaciones previstas en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, entre otros ordenamientos; por otra parte, en un problema cultural-educativo, en el que el Estado ha fallado en fomentar de forma adecuada y efectiva el interés y el respeto por nuestra cultura e historia."
“Es lamentable que estos actos ocurran, son muy comunes, lo vemos en los senderos del Monte Tláloc y a diario en sitios por más urbanizados, como el Cerro de la Estrella, enclavado en la Delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México. Las autoridades tienen otros intereses políticos en su mayoría y actúan con apatía hacia preservar nuestro patrimonio cultural”, criticó Salvador González García, promotor cultural.
Sobre el Monte Tláloc:
El Arqueólogo Ismael Arturo Montero García lo describe como un sitio destacado en el paisaje, con un extraordinario tetzacualco (barda) y su amplia calzada, que despertaron la atención de ilustres historiadores.
El Director del Proyecto Arqueológico Monte Tláloc, Mtro. Víctor Manuel Arribalzaga Tobón, ha expuesto que el templo es tan antiguo que se ha hallado evidencia arqueológica del 350 D.C. Asimismo, lo ha definido como el más grande centro ceremonial construido sobre una montaña durante el imperio mexica, el de mayor dimensión y altura en Mesoamérica, agrega el Investigador adscrito a la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH.
El sitio, en la actualidad, es numerosamente visitado por seguidores de la cultura prehispánica, exigentes montañistas e investigadores, en las primeras semanas de febrero para presenciar un sorprendente fenómeno óptico al que le denominan “Montaña Fantasma”, incluso, el fin de semana entre el 7 y 12 de febrero, llega a registrar más 1,300 espectadores, mismos que deben recorrer caminatas exigentes en senderos agrestes no menores a las seis horas desde el poblado más cercano (San Pablo Ixáyoc) a la cima; o bien conducir vehículos en complejos caminos de terracería por alrededor de dos horas.